domingo, 9 de septiembre de 2012

Mercado de divisas: sistemas de tipo de cambio





Sistemas de tipo de cambio fijo

- Patrón oro: Es el sistema de tipo de cambio fijo más antiguo y famoso. Se introdujo por Reino Unido en 1840 y fue adoptado por la mayoría de los países en 1870. Con este sistema las existencias dinerarias están directamente vinculadas a las reservas de oro que posea su banco central. De tal forma las monedas pueden cambiarse por oro cuando se desee. El activo del banco central era en su mayoría oro y su pasivo eran billetes y monedas en circulación. 

Cuando varios países adoptaban el patrón oro daban mucha estabilidad a los tipos de cambio entre ellos. Sin embargo para corregir desequilibrios de cuenta corriente implicaba entrar en recesión (suponía reducir la cantidad de oro y la cantidad de dinero en circulación) lo cual produjo depresiones y pánico en muchos países. El fin del patrón oro se produce a finales de la primera Guerra Mundial.

- Bretton Woods: Este sistema se basaba en las divisas y en el oro. Surgió para intentar resolver los problemas del patrón oro, de tal forma que permitió  a los países corregir déficits en la cuenta corriente a través de una nueva organización: El Fondo Monetario Internacional (FMI). El FMI prestaba oro o divisas para superar los desequilibrios que pudiera haber en la balanza de pagos o cuenta corriente de un país. Este sistema se colapsó en 1970 por muchas de las mismas razones que el patrón oro.

Otro tipo de cambio fijo es el vinculado: un país mantiene el valor de su moneda en función de otra divisa (la de un socio comercial importante). Por ejemplo, Dinamarca mantiene su moneda propia ajustada al euro.



Sistemas semifijos

Estos sistemas surgieron por los problemas de los cambios de tipo fijo y buscaban la estabilidad cambiaria pero también cierta flexibilidad para marcar objetivos económicos. Dichos sistemas se caracterizan por permitir fluctuación aunque controlada. El sistema semifijo más importante es: 

- Bandas de fluctuación: Este sistema supone que mientras una moneda permaneciera dentro de una franja establecida se le permitiría flotar. Si esto no ocurría  el banco central del país debía ajustar los tipos para mantener el cambio dentro de la franja. A este sistema se adhirieron muchos países europeos antes de la creación del euro, de tal forma que se establecieron unos límites a los tipos de cambio respecto al marco alemán. 

No resulto tan estable como se pensaba y, por ejemplo, en 1992 el marco alemán se aprecio tanto que muchos países se vieron obligados a subir los tipos de interés para mantener sus tipos dentro de la banda de fluctuación.

Existen otros tipos de sistemas semifijos como es el vinculado a una cesta de divisas en lugar de vincularse a una sola; el de objetivos de tipo cambio: similar al de bandas de fluctuación pero sin compromiso de mantener el tipo de cambio dentro de la franja de fluctuación; o mediante vínculo móvil por el cual el banco central decidía apreciar o depreciar su divisa respecto a otra.

Sistemas variables

En estos sistemas el objetivo principal no es el tipo de cambio sino otros: estabilizar los precios, crecimiento económico, etc. Aquí son los mercados los que hacen variar los tipos de cambio. Las monedas flotan libremente respecto a otras sin más sometimiento que a la oferta y a la demanda en teoría, ya que en la práctica los gobiernos actúan para buscar un tipo de cambio concreto. Aquí tenemos la libra, el dólar, el euro entre otras.


Imagen: mercado-divisas
Artículo también publicado en Qué Aprendemos Hoy

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